Y ahora, estas líneas que siguen, sólo para algunos de los protestantes “electrónicos”, sufridores del “pavonato”: No me vengan hoy con el cuento de que así, de pronto, son más “revolucionarios” que Jesucristo o que Robespierre, que ustedes sufrieron aquella censura y aquel ostracismo en silencio, lo cual podemos tomar como un mérito, sin duda; pero que se demerita cuando, en la actualidad, afirman lo que no piensan, expresan lo que no sienten, aceptan lo que debían rechazar, besan la boca que en verdad odian, reparten el abrazo de Judas, atacan a hurtadillas la obra y persona de sus compatriotas y colegas que por una u otra razón se hallan ausentes de la tierra que los vio nacer, a la par que los critican por no estar en esa tierra resistiendo el embate de los malos tiempos –claro, rebosantes de proteínas traídas de allende los mares, como ustedes, gracias a la “confiabilidad” que se han ganado, cualquiera se enfrenta al vendaval– ,y, en fin, ya viejos, se han convertido ustedes en tan buenos muchachos que hoy fungen como los “verdaderos” embajadores de la literatura cubana, y aun de la cultura cubana toda en algunos casos. Dicen que el que calla otorga; también, el que calla, miente.Bueno, dejemos ese asunto. Vamos a ver si logramos que Impronta se ocupe de otros creadores cubanos, estén donde estén, vivan donde vivan. ¿No les parece que esto debía desatar otro aluvión de mensajes electrónicos?
Félix Luis Viera
CUADERNO DE CUBA
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