Bueno, y se estrenó "Sicko" en Cannes, con algunos aplausos.
Ahora dice Michael Moore que fue a parar a Cuba por pura casualidad, algo así como que andaba paseando por el Mar Caribe, acompañado por un grupo de bomberos heridos durante los atentados del 11-S, y de pronto se les ocurrió ir a echarle un vistazo a la isla, a ver si había cubanos por allí; luego, como los que encontró resultaron tan amables y odiaban tanto a Bush, se hizo acompañar por ellos a ciertos hospitales y filmó lo primero que se le presentó ante los ojos: de ahí salió Sicko.
En ningún caso, dice, su intención era hacerle propaganda por Cuba ni por Castro:"... explicó que entró en Cuba a filmar en la base militar estadounidense de Guantánamo pero que como no se lo permitieron se vio obligado a entrar en Cuba". Bonita historia, ¿eh?
Un par de detalles me llaman la atención. El primero es que el propio Michael Moore, que como se sabe es capaz de cualquier cosa con tal de emprender cruzadas anti Bush, se apresura a declarar que con este film no quiere hacerle propaganda "ni a Cuba ni a Castro". En esas declaraciones se notan por supuesto ciertas reticencias, cierto échate pa'lla que te conozco, ¿eh..?
En efecto: en declaraciones a diversos medios de prensa este fin de semana, Moore se esfuerza en dejar más o menos claro(la ambigüedad es siempre un arma eficaz en manos de esta clase de intelectuales) que no tiene nada que ver con el castrismo, y que su lealtad a Norteamérica está fuera de toda duda
El segundo detalle es que, como era de esperar, los altavoces del castrismo ya empiezan a sacar partido del asunto, al mismo tiempo que ignoran olímpicamente en sus notas de prensa el molesto comentario del Moore. Disfruten este párrafo de Prensa Latina: "[En Sicko] Moore contrasta el nivel de los sistemas de salud de Gran Bretaña, Francia, Canadá y Cuba, con el de su país..."
A falta de mayores coincidencias, el antibushismo es una buena causa para la unión. De hecho cada cual cumple con su parte del contrato sin necesidad de mentir de modo sospechoso o cuando menos exageradamente inverosímil(para los estándares de prensa actuales, claro). Y los beneficios son cuantiosos, así que adelante...
Es como la alianza castro-chavista con los ayatolás iraníes. No tan rara como parece.
PS:
Ah, se me olvidaba: por lo menos no le van a dar un premio en Cannes. Está fuera de concurso.
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