martes, mayo 29, 2007

Oh, oh, oh! La Jiribilla me ataca

    Miren qué artículo más hermoso me dedica La jiribilla. Lo ha descubierto Pomar, a quien agradezco por ponerme sobre aviso, pues yo me aburro mucho las pocas veces que navego por sus páginas(las de la Jiribilla).  Por el momento no tengo tiempo(ni ganas) para responderle en mi blog, pero seguramente lo haré en un par de días. Mientras tanto, no tengo inconvenientes en reproducir el artículo completo, para disfrute de todos...

¿Así que soy un mercenario? ¿Así que me meto en política por pura mercadotecnia? Quien lea mi novela Todos los buitres y el Tigre, escrita en el exilio, y mi obra anterior, escrita dentro de Cuba, no encontrará un abismo entre ellas, ni descubrirá que he cambiado, ni en cuanto a temas ni a estilo; ahora bien, en Cuba yo era un escritor que hacía tiempo había llegado al límite en su posición crítica(y muy muy crítica, por cierto)hacia el régimen castrista, y  aquí en el exilio, en cambio, soy uno que ha encontrado la libertad y  no acepta (auto)censuras; el precio que se paga por esa libertad es, precisamente, el exilio, del cual por cierto no me quejo.

Pero ya responderé en dos o tres días.

     Linda perla ¿he? Si no fuera porque ha sido publicada en un medio tan ridículo como La jiribilla, dirigida directamente por la seguridad del estado y sus agentes en la cúpula cultural, sería como para  dar las gracias. Eso sí, se echa de menos el tono grosero tradicional en la susodicha publicación, cuando de atacar a sus adversarios políticos se trata. Quiero decir, que en el fondo se ve que no pudieron encontrar a alguien peor que Daniel García para cumplir con la tarea del partido.


Encrucijada

Daniel García Santos • La Habana


He tratado de imaginar el drama de un escritor que, condicionado por circunstancias perentorias, flexibiliza la ética de su vocación para encontrar un lugar en ese espacio de exigencias que convencionalmente se denomina “el circuito editorial” o “el mercado del libro” que, como conocemos, en el caso de Iberoamérica, se encuentra dominado por unos pocos emporios que, de acuerdo con objetivos bien definidos, fomentan la internacionalización de la literatura, los autores y  los destinatarios.  ¿Para qué y para quién se escribe? Responder a este dilema presupone una toma de partido, que en algunos casos, como ese escritor cuyo drama imagino, significa ceder a las urgencias que impone la realidad material dentro de la  cual escribe. Esto es, decidir, entre la literatura y el mercado, a favor de las concesiones que impone este último, entendido como espacio donde los sistemas de valores son sustituidos por modas, códigos, etiquetas de identidad, criterios de venta, que a su vez contaminan la relación con el lector.

El premio literario Alejo Carpentier de Narrativa y Ensayo, fue creado en 2000 con el fin de promover géneros que estaban reclamando auspicio y difusión. En esa convocatoria inicial se premiaron tres títulos que, vistos desde el tiempo transcurrido, son importantes exponentes de la literatura cubana contemporánea. El premiado en  el género de  cuento, en una relectura actual,  aún se hace notar por la fuerza del  material narrativo, la cruda actualidad de los temas, la eficacia de sus atmósferas, el vibrante drama humano que trasciende de sus personajes arquetípicos, el discurrir de su lenguaje. Sin duda, La bandada infinita (Ciudad de La Habana, Editorial Letras Cubanas, 2000), de Jorge Luis Arzola, es un libro notable, y su autor, de pronto potenciado por el galardón, se situó dentro del grupo de narradores cuya obra habría que seguir. El libro salió publicado, con una excelente factura editorial, en ese propio año 2000. Una vaca muerta rodeada de buitres, situada en un recuadro difuminado en el centro de la cubierta, en la que predominan las gradaciones de grises y las transparencias, anuncia desde la primera impresión el tratamiento de temas ásperos, pero con un tratamiento indiscutiblemente artístico. No dejaron, por su valentía y su voluntad de estilo, de suscitar puntos de vistas polémicos.  

En 2006, seis años después, aparece publicada, con el sello de la editorial española Siruela,  la novela Todos los buitres y el Tigre, del mismo autor. Tras largo período de silencio, era natural la curiosidad por conocer esta novela, más cuando ese autor está ahora radicado en otro país, y por tanto, condicionado por circunstancias diferentes.

La lectura de la novela arroja, en una primera mirada, una coincidencia general con los temas y la estructura de los cuentos de La bandada infinita, y en especial con dos de ellos: el que le da título al libro de cuentos y “El cuento más terrible del mundo”.  En ambos libros el autor usa los mismos personajes: El Gordo, el Príncipe o el Flaco, la Vieja, el Viejo. Similares situaciones: El Gordo, perdido el Tigre de Bengala, o robado, y con una familia en situación paupérrima, atrapado en la insistente idea del suicidio; el Príncipe, o el Flaco, especie de contraparte del Gordo, también embargado por la frustración, pero expectante, como observador-participante de un mundo sórdido, violento, devorador; el Viejo y la Vieja, en lucha permanente contra la fatalidad de un medio adverso. El autor ha realizado, en la novela, una recolocación de esos dos cuentos de La bandada infinita, intercalándolos, de manera intertextual, en un relato central, cohesivo, que, en conjunto, repiten los mismos códigos del libro de cuento. O sea, Todos los buitres y el Tigre, en vez de una recreación de textos anteriores, es el resultado de la manipulación de estos, para redimensionarlos a partir de las nuevas circunstancias en las que el autor conforma la novela.

La novela reacomoda los personajes y temas de La bandada infinita,  en un producto dirigido a un mercado que desconoce la obra anterior del autor —lo cual este ha sabido aprovechar— y que le exige la adopción de los códigos impuestos para la literatura relacionada con Cuba, y en los que se basa el marketing de la novela. Obsérvese el texto de la nota de contracubierta, la apelación que se hace al lector para incitarlo ante el libro: “[…] los protagonistas de esta novela […] buscan refugio en sus sueños para escapar de la crueldad subyacente en su entorno, en una Cuba nunca nombrada explícitamente. […] cada uno de los protagonistas lucha contra el derrumbe de su existencia física y psíquica, en la realidad casi mítica de un país atribulado por una plaga misteriosa, símbolo para un régimen opresivo y amenazante”.

Todos los buitres y el Tigre imprime en el lector, con respecto al libro de cuento que le sirve de basamento, una sensación de repetición, de redundancia de procedimientos y significados. En la novela, los personajes del Gordo y el Príncipe, o el Flaco, además de ser los personajes de los cuentos intercalados de La bandada infinita, intervienen en el relato central y replican e incrementan en ese discurso hilvanador, las vicisitudes que padecen en el espacio específico de los cuentos. En “El cuento más terrible del mundo”, el Gordo sufre la frustración de sus ansias por convertirse en  escritor y una situación de pobreza extrema, con una madre malformada y un sobrino con síndrome de Down, e intenta encausar su necesidad de evasión en la creación simbólica del Tigre de Bengala, que, por si fuera poco, ha desaparecido; pero en el relato central sufre, además, violencia corporal, violación, humillaciones, persecución y cárcel, a causa del abuso de poder, la represión, la censura y el despotismo de “los Recomendados, los que un día serían los Militantes, los primeros ejemplares del hombre nuevo...”. La escuela donde está internado, junto al Príncipe, es un infierno, un lugar plagado de miserias, dominada por “los Recomendados”,  de los cuales forman parte “los Perros”, “aquella manada tenebrosa, cuyos miembros, casi todos, lucían en el hombro la insignia de los Militantes”. Añádase que el hermano del Gordo, “que era capitán del Ejército”, lo acusa de ser “un parásito, un gusano”, y la Hiena, líder de los Recomendados, lo viola y, entre otras vejaciones, lo obliga, junto con los demás alumnos, a golpear al director de la escuela en un mitin de repudio, y después, “vestido de uniforme verde olivo, con charreteras de capitán sobre los hombros”, dirige la operación de encarcelamiento de los Topos, sustantivo con el que engloba al gremio de los escritores,  como consecuencia de la cual es encarcelado, junto con el Príncipe.

Al cotejar “La bandada infinita” y “El cuento más terrible del mundo” con sus versiones intercaladas dentro de la novela, se advierten  algunas modificaciones necesarias para lograr la articulación con el relato central, pero otras que son deliberadas adiciones para acentuar la politización del discurso, a tono con las exigencias del mercado en cuanto al tema de Cuba. Por ejemplo, en la versión original de “La bandada infinita” el Viejo lucha infructuosamente, se infiere que en pleno período especial, por proteger sus vacas de los matarifes que asolan el lugar para lucrar con el hurto y sacrifico de ganado. Es un acoso constante, que no tiene rostro ni nombre. Sin embargo, en su versión dentro de Todos los buitres y el Tigre, se intercalan párrafos como los siguientes:

Aquellos policías seguramente estaban implicados también en el sacrificio de las reses. De lo contrario, ¿cómo era posible que nunca hubiesen atrapado a nadie, si tenían el cuartel general allí mismo, tan cerca del matadero clandestino como la propia finca del Viejo?

El Viejo les tenía una roña irreconciliable a los policías, y a veces, mientras trabajaba, se tomaba un respiro para echarle un vistazo rencoroso a los edificios del cuartel, levantados con insolencia en un amplio solar que antiguamente le había pertenecido y que le había sido arrebatado por la fuerza. [...]

[...] Y, para colmo, este país, que era de por sí un lugar lleno de pícaros, engatusadores por vocación y ladrones consumados, ofrecía ahora unas condiciones de impunidad inmejorables que, junto al hambre, animaba al merodeo incesante. [...]

Todos los buitres y el Tigre. Ed. cit., pp. 23-24.

[...] El Gobierno, que quería controlarlo todo, no era capaz ni de surtir de pan viejo los bares de mala muerte, y sin embargo la policía acosaba sin tregua a los vendedores encubiertos de minucias, que siempre traían algo más o menos comestible en sus fugaces mochilas. [...]

Ob. cit., p. 28.

Los ladrones, en esta versión, son también los policías, y en un sostenido crescendo, la población entera de pícaros, y el Gobierno omnipotente.

Asimismo, en la versión sumida en la novela de “El cuento más terrible del mundo”, además de adicionársele escenas como la del mitin de repudio y otras que sugieren la omnipresencia de la Seguridad del Estado,  se leen cosas como estas:

[...] y la literatura no fue para él sino un suave tamiz a través del cual se podía comprender mejor la realidad, o quizá una gruta por donde escapar de ella hacia el mundo de Nunca Jamás, lejos de tantos Perros, Recomendados y Militantes, de tanto orden absurdo, tantas consignas y metas [...].

Ob. cit., p. 100.

De manera que cuentos que en sus versiones iniciales tenían una clara marca existencial a nivel del drama del hombre enfrentado contra un medio adverso,  indagación  en una escala de valores universales, adquieren ahora una expresa connotación política, un fuerte mensaje panfletario:

La historia de Kubba [nótese el tono didáctico] estaba plagada de tiranos. Unos tiranos se habían superpuesto a los anteriores, y esto había creado una capa de suciedad histórica, una especie de mugre social que acabó provocando un gran estallido social, es decir, la Rebelión Kubbana.   

Asco, sordidez,  traición, violencia, represión, acoso policial, abuso de poder, ambiente carcelario, frustración, son apenas algunos de los rasgos del mundo reflejado en la novela, al cual se han sacrificado los valores iniciales de dos de los mejores cuentos de La bandada infinita, en aras del precio político que el autor, desde sus nuevos condicionamientos, tiene que pagar.

Destaque especial merece el reflejo que el autor hace, en el relato central de la novela, de los Topos; es decir,  de los escritores:

Naturalmente, muy contados Topos habían logrado publicar algún cuento en una revista, y por eso no perdían la menor oportunidad, en los cuchicheos de sus perpetuas tertulias nocturnas, de desbarrar con rabia disimulada por la eterna ironía contra los escritores establecidos, algunos de los cuales sacaban en ocasiones algún que otro buen libro, pero cuya mayoría no hacía más que menear el rabo y cantar en sus libelos desproporcionadas loas al Gobierno, quien por supuesto los premiaba con honores televisados, les daba cargos públicos o les permitía, como ofrenda, posar para una foto con el Presidente de Todos los Consejos.  

Ob. cit., p. 101.

A todo esto habría que agregar recursos sutiles, como el empleo de sinónimos para armonizar frases al uso en el español de Cuba, con giros propios del español de España, habitual recurso de mercadotecnia en este tipo de literatura: el club literario, el asesor del club, en Cuba decimos taller literario; temblona de coraje, sustituido por trémula de coraje; tomatal, por campo de tomate; puré de tomate, por pasta de tomate; cuartón, por cobertizo; tragos gratis, por copas gratis; traguito de café, por vaso de café.

Visto desde esta óptica, se explica que en el propio año 2000 otro cuento de La bandada infinita, “Cosas esenciales”, apareciera representando al autor en la antología Nuevos narradores cubanos, preparada por Mishi Strausfeld, la misma y “siempre fiel Mishi Strausfeld” de los “Agradecimientos” de Todos los buitres y el Tigre,  publicada también por la Editorial española Siruela.

Regresar a textos anteriores con una mirada nueva y transformadora es un procedimiento usual y legítimo, pero habría que pensar si, en este caso, sometido el autor a las condiciones de otro país y a las reglas que rigen la internacionalización de la literatura, no resultaría una señal de esterilidad y de enajenación ante el objeto artístico. La cita de los dos cuentos mencionados representa aproximadamente la mitad de la totalidad de la novela, y su relato central es un redimensionamiento de similares  personajes y problemáticas.

El mercado, en su concepción neoliberal, adquiere una significación política, en la medida que ejecuta, con absoluta eficacia, los dictados de una institucionalidad que en él se expresa. Por tanto, en su actividad concreta, el mercado no es una entidad monolítica, aunque sí orgánica, y despliega diferentes  estrategias que convergen en  objetivos establecidos. Por otra parte, la relación que los diferentes sujetos establecen con ese mercado es de carácter dialéctico. En algunos casos el mercado dicta, pero en otros se asimila. Muchos escritores descifran sus mecanismos y los incorporan a su literatura sin concesiones de principio, y así se apropian, con procedimientos artísticos, de amplias zonas de lectores. O logran ocupar ciertos nichos y fisuras a donde la invasión de ese mercado no ha llegado y sitúan sus estilos personales en el circuito de esos países.  

Para el  mercado que pretende ser hegemónico, Cuba es una línea política cuyos tópicos debe asumir un producto literario que quiera situarse dentro de la jerarquización económica y promocional. Simples enunciados que, a fuerza de repetidos, e impostados en el lenguaje poético, persiguen el descrédito de  la sociedad cubana actual: la prostitución, la corrupción, la quiebra de valores, la hipocresía, la falta de libertades, el acoso policial y civil, la emigración, el derrumbe físico del entorno, la supervivencia, el derrumbe de las instituciones, la revisión de la historia y de sus figuras más relevantes, etc. Estos tópicos son las señas temáticas, que ese mercado lanza  para los que, tanto fuera, como dentro de la Isla, aspiren a legitimarse en el mercado internacional de la literatura, y en especial en la zona de ese mercado abierta para el tema cubano. Es el peaje para circular por esa ruta del éxito promocional y de ventas. En correspondencia, ciertos autores, asumiendo posiciones éticas controvertidas frente a la naturaleza del proceso de creación,  los emplean como ejercicio de marketing.

El problema, desde mi punto de vista,  no solo radica en la naturaleza del mercado mismo, sino sobre todo en la actitud que se asuma frente a él, y que tiene implicaciones éticas, como advierto y he tratado de exponer en  Todos los buitres y el Tigre, no obstante las circunstancias que están condicionando al autor en su actual país de residencia.


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domingo, mayo 20, 2007

Los cuentos chinos de Mai Sicko Te

Bueno, y se estrenó "Sicko" en Cannes, con algunos aplausos.

Ahora dice Michael Moore que fue a parar a Cuba por pura casualidad, algo así como que andaba paseando por el Mar Caribe, acompañado por un grupo de bomberos heridos durante los atentados del 11-S, y de pronto se les ocurrió ir a echarle un vistazo a la isla, a ver si había cubanos por allí; luego, como los que encontró resultaron tan amables y odiaban tanto a Bush, se hizo acompañar por ellos a ciertos hospitales y filmó lo primero que se le presentó ante los ojos: de ahí salió Sicko.

En ningún caso, dice, su intención era hacerle propaganda por Cuba ni por Castro:"... explicó que entró en Cuba a filmar en la base militar estadounidense de Guantánamo pero que como no se lo permitieron se vio obligado a entrar en Cuba". Bonita historia, ¿eh?

Un par de detalles me llaman la atención. El primero es que el propio Michael Moore, que como se sabe es capaz de cualquier cosa con tal de emprender cruzadas anti Bush, se apresura a declarar  que con este film no quiere hacerle propaganda "ni a Cuba ni a Castro". En esas declaraciones se notan por supuesto ciertas reticencias, cierto échate pa'lla que te conozco, ¿eh..?

En efecto: en declaraciones a diversos medios de prensa este fin de semana, Moore se esfuerza en dejar más o menos claro(la ambigüedad es siempre un arma eficaz en manos de esta clase de intelectuales) que no tiene nada que ver con el castrismo, y que su lealtad a Norteamérica está fuera de toda duda

El segundo detalle es que, como era de esperar, los altavoces del castrismo ya empiezan a sacar partido del asunto, al mismo tiempo que ignoran olímpicamente en sus notas de prensa el molesto comentario del Moore. Disfruten este párrafo de Prensa Latina: "[En Sicko] Moore contrasta el nivel de los sistemas de salud de Gran Bretaña, Francia, Canadá y Cuba, con el de su país..."

A falta de mayores coincidencias, el antibushismo es una buena causa para la unión. De hecho cada cual cumple con su parte del contrato sin necesidad de mentir de modo sospechoso o cuando menos  exageradamente inverosímil(para los estándares de prensa actuales, claro). Y los beneficios son cuantiosos, así que adelante...

Es como la alianza castro-chavista con los ayatolás iraníes. No tan rara como parece.


PS:
Ah, se me olvidaba: por lo menos no le van a dar un premio en Cannes. Está fuera de concurso.



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jueves, mayo 17, 2007

ACLARACIÓN PARA IMBÉCILES

La "CARTA DE SANTO DOMINGO", que publiqué esta tarde en este blog, no fue por supuesto escrita por mí. Como su título insinúa, y como cualquiera podría suponer, fue escrita por un grupo de cubanos residentes en ese país, declaradamente inspirados por el reciente debate en torno al Pavongate.

Publiqué la carta en MI blog, en primer lugar  porque en MI blog suelo publicar lo que me da la gana, y en segundo lugar porque como documento me parece justo. Digo esto en especial para los dos o tres aficionados a la escritura anónima que, según se sabe, me escriben desde "allá" adentro, por órdenes de algunos retorcidos funcionarios del ŕegimen y a cambio de los viajecitos a Venezuela y  Bolivia que reciben como pago.

Ya sé, ya sé que a los imbéciles se les ignora. Pero hay imbéciles que son más hijos de puta que imbéciles. Para ellos esta aclaración.



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miércoles, mayo 16, 2007

CARTA DE SANTO DOMINGO

CARTA DE SANTO DOMINGO

Sies uno el honor, los modos

Varios se habrán de juntar;

¡Con todos se ha de fundar,

Para el bienestar de todos!

JoséMartí

(Fragmento de la carta enviada a Néstor Ponce de León,

Nueva York, 21 de octubre de 1889)


Cubanos todos, dentro y fuera de la Isla, dentro y fuera de la revolución:

Durante los últimos meses hemos sido testigos de un hecho sin precedentes en nuestro acontecer nacional.

Un grupo de reconocidos intelectuales y artistas cubanos de dentro y fuera de la Isla protagonizaron, y aún protagonizan, un importante debate sobre las limitaciones a la libertad de expresión cultural durante el llamado “quinquenio gris”.

Este debate, suscitado por la resurrección pública de personas que en su momento asumieron la responsabilidad visible porla represión, persecución y hostigamiento que caracterizó a esa etapa, involucró a decenas de cubanos, afectados entonces y atemorizados ahora.

Al revisar la memoria histórica, es referente inevitable el Congreso Nacional de Educación y Cultura de abril de 1973. Apartir de este evento se agudizó en Cuba una represión extrema en el ámbito cultural, que llegó hasta la persecución, expulsión, marginación y ostracismo de aquellos escritores y artistas, identificados como diferentes, marcados de contrarrevolucionarios, diversionistas ideológicos, antisociales, homosexuales o inmorales.

Acodados en la repercusión mundial del conocido “caso Padilla” y retomando la célebre sentencia de “con la revolución todo, contra la revolución ningún derecho”, pronunciada diez años antes y adoptada como parámetro inviolable de conducta, la clausura del Congreso sirvió para inaugurar aquella etapa particularmente represiva.

La publicación en Internet de ese cruce de reflexiones y protestas estuvo marcada, desde el inicio, por la intención(explícita en unos e implícita en otros) de que el debate fuese limitado y excluyente. Limitado a los efectos de la represión en el ámbito cultural y sólo a aquellas experiencias que tuvieron lugar durante el periodo en cuestión. Excluyente de quienes no comulgaran absolutamente con los preceptos de la revolución, de quienes disintieran, de quienes se exilaran, o simplemente, de todo cubano que hubiese decidido emigrar. De tal forma, la exclusión pretendida insistía en que para tener derecho a opinar y ser escuchado en Cuba y sobre Cuba, habría que calificar no sólo como cubano, sino también como revolucionario y “cubano de adentro”.

La aspiración de los más ortodoxos fue atemperada en la práctica por quienes optaron por la inclusión de “casi todos”. Así pudimos leer opiniones y contribuciones valientes que no se limitaron al cuestionamiento del periodo en especifico, y que llamaron al debate abierto entre todos los cubanos, exponiendo la necesidad de incluir los efectos de la represión no tan solo sobre el mundo cultural, sino también, y quizás más importante, sobre el ciudadano cubano común: eltrabajador, el campesino, el obrero, el profesional, el estudiante,la mujer, los homosexuales, los creyentes...

Por todo lo anterior, y afirmados en la responsabilidad que nos concierne, en el fragmento de aquellos tiempos que llevamos o heredamos, y en el derecho absoluto que nos dan la tierra y la sangre, los firmantes nos presentamos al debate bajo el postulado martiano que reclama “una Patria para todos y para el bien de todos”.

Pretendemos que se asuman –y nosotros asumimos- los conflictos cubanos sin distinción, sin apenas mirar el lugar del planeta en que cada cual ha decidido vivir, porque Cuba es esencia moral de todos, sin importar desde qué parte de la Isla o del mundo nos pronunciemos. Y aun más, tampoco nos valen divisiones o exclusiones por preferencias políticas o ideológicas,pues todas, sin excepción, caben dentro de la nacionalidad y la ciudadanía cubanas.

Ya no puede tratarse de la imposición de un criterio sobre otro, ni de un grupo de cubanos sobre otros, sino de la exposición, el debate y la reflexión de todos los criterios, con tolerancia y respeto para cada uno de los cubanos y su pensamiento propio.

Sobre Cuba, su pasado, su presente y su futuro, pueden y deben opinar,debatir, decidir y trabajar todos los cubanos. Es imprescindible y beneficioso para la patria que cada cubano piense y opine, que se apreste al debate público, contradictorio y libre. Hay unpaís: Cuba, que es más que un terruño amable, en el que caben todos los cubanos sin distinción: comunistas,demócratas, socialistas, liberales, conservadores, social-cristianos, social-demócratas, anarquistas…Escuchemos y escuchémonos todos en el debate libre, sincero yabierto porque hay espacio para cada uno de nosotros sin ningún tipo de exclusión por razones políticas, sociales,raciales, religiosas o sexuales.

La primera virtud en esta coyuntura especial es asumir el dilema como de todos, y el deber de resolverlo entre todos, con la terquedad pródiga de inmiscuir tanto a quienes quieren escucharnos como a los que se niegan a ello.

Nos toca, porque nos resulta menos gravoso, ampliar la polémica que se pretende limitar sólo a cinco años de represión sobre una parte mínima de la sociedad, a la discusión y la valoración abierta de este medio siglo de devenir público,a la luz del respeto o la abrogación de los derechos de todos los ciudadanos. No nos referimos especialmente al orden políticoy económico sino –y principalmente-- a la incidencia de tales métodos en la vida cotidiana.

Miremos en un inicio a la cotidianidad del cubano en la que se niega l aprimera ley fundamental de la República, la añoranza martiana por el “respeto a la dignidad plena del hombre”, la que apropiadamente abre la actual Constitución cubana.

No creemos que los temas a afrontar son los matices políticos que convierten el debate en un campo de batalla en el que se enfrentan posiciones extremas; tampoco lo es la segmentación del poder,ni los ataques recíprocos entre lo que han devenido en bandos de confrontación absoluta, en lugar de partes coincidentes en la búsqueda de un diálogo hacia la solución y la convivencia.

Entendemos que hay temas fundamentales en los que podemos coincidir y llegar a acuerdos. Se trata de rechazar los arrebatos a la dignidad que abrogan los derechos naturales del ciudadano a vivir en libertad, a escoger su trabajo y cambiarlo, a escoger su carrera u oficio; a decidir su lugar de residencia dentro del país o fuera, a pertenecer o no a asociaciones sin que ello repercuta en sus derechos; a mantener la patria potestad incuestionable sobre sus hijos; a ser dueño de sus propiedades básicas y accionar sobre ellas sin restricciones, a vender o comprar su casa y sus bienes fundamentales; a que se respete la privacidad del individuo y su familia, a saberse seguro y libre en sus comunicaciones; a trabajar y producir bienes y servicios por cuenta propia sin ningún tipo de limitaciones; al acceso al conocimiento y la información libre; el derecho a la movilidad total dentro del país; al acceso a los servicios de salud,educación, entretenimiento y ocio.

No hay justificación alguna para que un cubano no pueda disfrutar de sus playas, hoteles y restaurantes por el solo hecho de no ser extranjero.

Yani vale, ni es suficiente liberar la facultad de desarrollo individual y estimular el ingenio de nuestros intelectuales y artistas, y sólo de estos. ¿Por qué es permisible para un profesional del intelecto humanista viajar fuera de la Isla en el ejercicio de su oficio y cobrar por ello, para después emplear libremente lo bien ganado en su uso y peculio personal, mientras que no se permite lo mismo a un intelectual de las ciencias, a un médico o a un albañil, ni tampoco a un pelotero o a un boxeador? ¿Por qué la preferencia de uncubano sobre otro y de un oficio sobre el otro? ¿Por qué los privilegios a un sector de la sociedad sobre otros?

Ya se hace imprescindible el reconocimiento del cubano como elemento preponderante y principal para el acceso a todos los derechos y posibilidades que emergen de la nación a la que pertenecen y que les pertenecen, porque un país es su gente.

Y porque “el país es su gente” más allá del lugar donde existan, esa dignidad plena que clamaba Martí no califica, ni delimita, ni restringe, ni elige cubanos: somos cubanos todos. Cubanos dentro y fuera de la revolución, dentro y fuera de la Isla. Cubanos todos, músicos y arquitectos, soldados y agricultores, ingenieros y albañiles, médicos yartistas, maestros y funcionarios, cineastas y peloteros, boxeadores y pianistas. Cubanos todos, con los mismos derechos y con los mismos deberes, pero, sobre todo, con nuestros derechos ciudadanos intactos.

Y a los derechos ya mencionados, deben sumarse la libertad del ciudadano a entrar y salir de su patria sin restricciones ni permisos que lo condicionan y degradan; a participar activamente, sin importar el lugar del mundo donde viva, en obligaciones constitucionales,electorales y de toda índole que inmiscuyen la determinación voluntaria y libre del ciudadano; a participar con opiniones sobre la realidad del país desde dentro o fuera del mismo; a ausentarse por el tiempo que estime conveniente, sin que esto afecte sus derechos a regresar, a mantener sus propiedades o a preservar su acceso a los servicios públicos de la nación.

Ningún cubano debe tener que pagar tributos al Estado por ejercer su derechoa residir donde le plazca. No es justificable el gravar remesas quelos familiares en el exterior envían, con sacrificio y lealtad, a sus parientes en la Isla. Residir en su país ofuera es un derecho natural del ser humano por lo que no puede ser una concesión o un privilegio que el Estado concede a cambio de un canon establecido.

Porque no sólo los estados son soberanos, sino que también los individuos lo son. De ahí que existe una soberanía ciudadana ante la cual el Estado no sólo debe inhibirse, sino que debe reconocerla, y admitir su deber de protegerla y garantizarla en cada ciudadano.

Creemos que el pueblo cubano tiene el legítimo derecho a replantearse su presente y su futuro, y a escoger el derrotero a seguir y las vías de desarrollo cultural, económico y político que elija libremente. Esa es nuestra gran aspiración: que se abran las mentes al libre intercambio de ideas y permitan que los cubanos hablen, se junten o asocien como les plazca, aspiren a conducir o elijan conductores sin temores.

Sólo erradicando la perversión excluyente, heredada de la confrontación en que crecimos, es que nuestro pueblo podrá trascender hasta el cumplimiento de los postulados martianos,respetarnos plenamente como hombres y mujeres dignos y construir una Cuba con todos y para el bien de todos.

Cubanos todos, firmamos esta carta en Santo Domingo, República Dominicana, este 1 de Mayo de 2007.

Firmado por  un grupo de cubanos de diferentes credos residentes en todo el mundo, incluyendo la isla.

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jueves, mayo 10, 2007

¿Y los ratones, Michael Moore?

Esto el es colmo de la manipulación:

Sicko. Michael Moore estrena un nuevo documental «para demostrar la superioridad sanitaria» de Cuba frente a Estados Unidos

KAOSENLARED.NET -- Sicko. Michael Moore estrena un nuevo documental «para demostrar la superioridad sanitaria» de Cuba frente a Estados Unidos

Aquí hay más información. Será interesante ver qué dicen los europeos acerca de la última película de quien es, sin dudas, junto a Ignacio Ramonet,  uno de sus superhéroes izquierdistas. Todo puede ocurrir, incluso que le den algún premio en Cannes. Por lo pronto, los altoparlantes del castrismo ya están sacando partido de este inesperado e increíble golpe mediático.

A propósito, ¿cuál sistema de salud cubano estará el señor Moron analizando en su documental? ¿El que tienen el tirano y su familia a su disposición, dotado con la más avanzada
tecnología médica y una tubería de dólares provenientes, claro está, del presupuesto nacional? ¿O será más bien el otro destinado al cubano de a pie, en uno de cuyos hospitales murió hace cinco años mi padre, prácticamente sin ninguna atención y por supuesto sin los medicamentos que necesitaba?  Si es así, ¿mostrarán las cámaras del infame manipulador los mismos ratones que corrían de un lado al otro del pasillo las noches en que me tocó quedarme en vela? Lo dudo mucho.

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jueves, mayo 03, 2007

THE OPPENHEIMER REPORT:May Day absence means Castro may be more ill than we thought


BY ANDRES OPPENHEIMER
aoppenheimer@MiamiHerald.com

Cuban dictator Fidel Castro's no-show at the massive May Day march in Cuba indicates that despite recent signs he is recovering from the illness that forced him to delegate powers nine months ago, his health is worse than most of us thought.This is not based on any medical diagnosis, but on political diagnosis.May Day was a big deal, and not just because it is Castro's favorite holiday. Unlike other major public events he missed in recent months -- including the Non-Aligned summit in September and a postponed 80th birthday official celebration in December -- there were political reasons why Castro wouldn't have skipped Tuesday's event for anything had he been physically able to be there.With television crews from around the world arriving in Cuba in recent days after growing speculation Castro would make his triumphal reappearance, it would have been a unique opportunity to draw international attention to his crusade to get a United Nations condemnation of the United States for the recent release from jail of accused anti-Castro terrorist Luis Posada Carriles.Castro's presence at the International Workers' Day celebration -- even if he had just stood silently for a few moments -- would not only have marked his victorious return from near-death, it would have reenergized his regime at home and abroad.After weeks of largely unsuccessful Cuban and Venezuelan efforts to turn the Posada release on bail into a major international cause, Castro's reappearance would have helped install the case on the international agenda.That would have helped the ailing Cuban leader reverse his image of a decrepit dictator in much of the world and allowed him to ride into the sunset as a courageous David fighting an evil Goliath.That's the image Castro has always sought as a way to justify his absolute hold on power, and it is certainly the one he would like to portray more than ever toward the end of his life.Castro and some of his closest allies had built up significant expectations in recent weeks that he would appear at the May Day rally, an annual show of force where state workers are expected to march and wave Cuban flags.An April 11 article titled Thoughts of the Commander in Chief, apparently written by Castro in Cuba's Communist Party official daily Granma, had called on Cubans to attend the celebrations -- as if many had a choice -- to protest Posada's release.Castro claimed that a Texas judge's order to release Posada was done on ''instructions'' from the White House. Cuba says Posada was one of the masterminds of a 1976 bomb explosion aboard a Cubana de Aviación flight that killed 73 people and is responsible for a bomb explosion in Havana that killed an Italian tourist in 1997.In his Granma article, Castro added that the May Day celebration ''would be the ideal day'' for the Cuban people to show their opposition to President Bush's ''terrorism,'' and to the U.S. refusal to extradite Posada to Venezuela, where he is wanted in the airplane bombing.Almost simultaneously, Cuba's state-owned media released pictures of a healthier Castro, fueling speculation his reappearance was imminent.Last week, Bolivian President Evo Morales said Castro would ''surely'' appear at the parade, after earlier assurances by Venezuela's President Hugo Chávez that Castro was already ''walking, almost jogging,'' and that the Cuban leader had retaken control of ``most government functions.''My conclusion: I'm no medical doctor, and I don't have a way of knowing whether Castro suffers from an intestinal ailment or Parkinson's disease or both, or whether he is terminally ill or will reappear in better health.But as a political observer, I have no doubt Castro wouldn't have missed this opportunity for a million petro-dollars if he had been able to show up, and draw world attention to the Posada case. For now, Castro must be in pretty bad shape. He is ''jogging'' only in Chávez's mind.

May Day absence means Castro may be more ill than we thought - 05/02/2007 - MiamiHerald.com

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